Tema 4
Primeros auxilios
Como hay que
actuar en caso de:
v Quemaduras:
v Primer grado: solo afectan a la capa más superficial de la piel, y se
caracterizan por un enrojecimiento de la piel que duele al contacto, comúnmente
las encontramos cuando la persona ha tenido una exposición prolongada al sol.
v Segundo grado: son un poco más profundas, y su característica
principal es la aparición de ampollas. Las ampollas son un sistema de defensa
ante la quemadura: protege de las infecciones y, con el líquido que contienen,
hidratan la herida y ayudan a la cicatrización.
v Tercer grado: en estas quemaduras podemos ver tejido carbonizado, las
terminaciones nerviosas encargadas de transmitir el dolor se destruyen, de ahí
que se diga que las quemaduras de tercer grado no duelen.
v Fracturas:
v Oblicua: fractura en ángulo con el eje.
v Conminuta: fractura en muchos fragmentos relativamente pequeños.
v Espiral: fractura dispuesta alrededor del eje del hueso.
v Compuesta: fractura que rompe la piel.
v Hemorragias:
v Ante una hemorragia externa: hay que realizar una compresión directa, aplicando
gasas sobre la herida y haciendo presión fuerte.
v Ante una
hemorragia interna: si es capilar, basta aplicar frío local sobre la piel (protegiéndola con un paño o
una gasa), ya que el frío contrae los vasos sanguíneos y reduce el hematoma.
v Otorragia (hemorragia en el
oído): es la
única que no hay que intentar detener, puesto que si no dejamos que salga la
sangre, ésta se acumula en el interior del cráneo y puede ocasionar graves
lesiones. Hay que tumbar al afectado del lado por el que se produce la
hemorragia, colocar una gasa que empape y trasladarlo al hospital.
Epistaxis (hemorragia nasal): colocar a la persona sentada y con la cabeza inclinada hacia
delante; tranquilizarle y comprimir con dos dedos las fosas nasales durante al
menos 2 minutos. Si al levantar la compresión, la hemorragia no ha cesado, será
necesario reanudar la compresión.
Hemoptisis
(hemorragia proveniente de bronquios o pulmones): colocar al afectado
semisentado (sentado con la espalda reclinada hacia atrás
en un ángulo de unos 45 grados), aplicarle hielo en el tórax, conservar la
materia expulsada tras los golpes de tos y acudir a un centro sanitario.
Hematemesis (sangre que sale por la boca
proveniente de vías digestivas): colocar a la persona
afectada en posición decúbito supino (acostada boca arriba en el sueño) y aplicar hielo en el abdomen.
Hemorragia del ano: si son rectorragias,
la sangre es de color rojo intenso, y habría que aplicar un apósito absorbente.
Si son las llamadas melenas, las heces son de color negro y maloliente, lo que
requiere un traslado urgente al hospital.
Hemorragias vaginales: si el sangrado es
abundante, consultar con un profesional sanitario.
Hematuria (sangre en la
orina): hay que acudir a un
centro sanitario.
Torceduras o esguinces:
Guarda reposo: Es el principal cuidado
para no empeorar la lesión. No fuerces la articulación afectada ni intentes
moverla con normalidad. En algunas ocasiones, puede ser necesario el uso de un cabestrillo, en caso de miembros
superiores, o caminar con ayuda de muletas, si el esguince se ha producido en
una extremidad inferior.
Usa hielo: Aplica frío
en la zona (es la llamada crioterapia) con una bolsa de gel especial para este
fin o incluso una de guisantes congelados, envuelta con un trapo. Nunca apliques hielo directamente sobre la piel.v
Comprime la zona:Si la torcedura no es importante (no hay inflamación
excesiva), mantener la articulación inmovilizada
parcialmente con una muñequera o una
tobillera, en función de la zona afectada, permite realizar movimientos con
normalidad, pero evitando que se produzca una nueva lesión o que esta empeore.
Heridas:
Limpia la zona con suero fisiológico Lusan. Si no se elimina
toda la suciedad de la herida puedes ayudarte con un paño humedecido.
Cuando la zona de la herida esté bien limpia, seca la
herida con una gasa estéril dando golpecitos suaves.
Una vez eliminada toda la humedad, aplica povidona yodada
o alguna otra solución antiséptica.
Tapa la herida con
un apósito Tiritas para
mantener lejos las bacterias y las posibles infecciones. Como ninguna herida es
igual a otra, puedes elegir la que más se adapte a ti entre los diferentes tipos y tamaños de la familia Tiritas incluso puedes
cortarlas a tu medida allá donde vaya.
Reanimacion cardiopulmonar:
Asegura el lugar
de los hechos Elimina los
peligros que amenacen tu seguridad, la del paciente o la de las personas que
ahí se encuentren.
Comprueba el
estado de consciencia de la víctima. Arrodíllate a
la altura de los hombros de la víctima y sacúdelos con suavidad.
Acércate a su cara y pregúntale en voz alta si
se encuentra bien.
Si responde: deja a la
víctima en la posición en que se encuentra y pasa a realizar una valoración
secundaria, poniendo solución a los problemas que vayas detectando.
Si no responde: Pide ayuda sin abandonar a la
víctima y colócale en
posición de reanimación. Boca arriba con brazos y piernas alineados sobre una
superficie rígida y con el tórax al descubierto.
Abre la vía
aérea. Coloca una mano sobre la frente
y con la otra tira del mentón hacia
arriba, para evitar que la lengua impida el paso del aire a los pulmones.
Comprueba si
la víctima respira normalmente manteniendo la vía aérea abierta(ver, oír,
sentir durante no más de 10 seg.)
Si
la víctima respira normalmente:
Colócala en posición lateral de seguridad (PLS).
Llama al 112 o busca ayuda.
Comprueba periódicamente que sigue respirando.
Pide
ayuda, llama al 112 o
pide a alguien que lo
haga e inicia 30 compresiones torácicas en el centro del pecho.
Realiza 2 insuflaciones
con la vía aérea abierta (frente-mentón) y la nariz tapada. Si el aire no
pasa en la primera insuflación, asegúrate de estar haciendo bien la maniobra
frentementón y realiza la segunda insuflación, entre o no entre aire.
Alterna compresiones
- insuflaciones en una secuencia 30:2 (30
compresiones y 2 insuflaciones) a un ritmo de 100 compresiones por minuto.
No interrumpas hasta que la
víctima inicie respiración espontánea, te agotes o llegue ayuda especializada.
Epilepsias:
La epilepsia se refiere a un conjunto de enfermedades que se
manifiestan por crisis epilépticas causadas por un problema en el cerebro.
Generalmente, una crisis epiléptica se desencadena por un exceso de actividad eléctrica de un grupo de neuronas células cerebrales
hiperexcitables y puede afectar a funciones como el movimiento o el
comportamiento, o al nivel de conciencia.
Las crisis generalmente
duran apenas unos segundos o unos
minutos, después de los cuales finaliza y el cerebro
vuelve a funcionar con normalidad.
Hipotermia:
La hipotermia es el descenso de la temperatura corporal por
debajo de los 35ºC, momento en el cual los mecanismos compensadores del
organismo para mantener la temperatura del cuerpo comienzan a fallar.
Hay varios tipos de hipotermia:
Hipotermia gradual: la temperatura corporal desciende
progresivamente (ropa inadecuada, frío y viento intensos…).
Hipotermia aguda: también llamada hipotermia por
inmersión. Ocurre cuando la pérdida de calor corporal sucede rápida e intensamente,
como al caer en aguas frías.
Hipotermia silenciosa: se
trata de una hipotermia gradual por inmersión, es decir, la persona pasa muchas
horas inmersa en aguas frías, pero la pérdida de calor no es brusca, ya que
lleva el equipamiento adecuado. Este caso puede darse en buzos, surfistas,
pescadores. Los síntomas cambian con respecto a la hipotermia gradual, se
observa agotamiento y cansancio fácil.
Si se sospecha
de hipotermia, sobre todo si aparece confusión o alteraciones mentales, se debe llamar de inmediato al número de emergencias
Si la víctima se encuentra inconsciente hay que comprobar la respiración. Si no respira,
comenzar con reanimación
cardiopulmonar 30 compresiones – 2 ventilaciones.
Proteger a la víctima del frío. Llevarla a una zona con temperatura
caliente y cubrirla con mantas o ropas. Si esto no es posible, habrá que
aislarla del viento, el frío y el suelo. Cubrirle la cabeza y el cuello ya que
son zonas con gran pérdida de calor.
Si se consigue llevar
a la víctima a cubierto, habrá que quitarle las
ropas húmedas y reemplazarla por prendas secas. En caso de seguir a la intemperie no
quitarle la ropa, sino intentar dar calor para que la ropa húmeda se enfríe lo
menos posible.
Hay zonas del cuerpo que mantienen mejor el calor, como el
cuello, las ingles, las axilas y ambos lados del torso. Para calentar a la
víctima aplicar compresas
tibias en estas
regiones. Si es necesario, utilizar el propio cuerpo del reanimador. En caso de
que la víctima esté consciente y despierta, y pueda tragar con facilidad, es
recomendable que beba líquidos dulces y calientes, sin alcohol, para estimular
el recalentamiento.
Permanezca junto a la
persona hasta que llegue el soporte médico.
Desmayo:
Es una pérdida breve del conocimiento debido a una disminución
del flujo sanguíneo al cerebro. El episodio dura menos de un par de minutos y
usted se recupera de forma rápida y completa.
Si alguien se desmaya,
asegúrese que las vías respiratorias estén despejadas para que pueda respirar
sin problemas. La persona debe quedarse acostada unos 10 a 15 minutos. La
mayoría de la gente se recupera por completo.
Atragantamiento:
El atragantamiento sucede cuando a alguien se le bloquean
de repente las vías donde debe pasar el aire y no puede respirar. Puede estar
causado debido a una mala deglución de los alimentos o por atascamiento de
objetos.
Atragantamiento
parcial: nos daremos cuenta de que
las vías no están totalmente obstruidas porque la persona se pondrá a toser y a
hacer ruidos, y escucharemos su respiración forzada. Se llevará las manos a la
garganta, signo inequívoco del atragantamiento.
Atragantamiento total: la
persona no podrá emitir ningún ruido ya que el objeto extraño no permitirá la
entrada ni salida del aire. Normalmente la víctima es incapaz de respirar, su
piel empieza a palidecer en un principio y posteriormente se torna de color
azulado, puede agitarse y perder la conciencia.
v En este caso se llevará a cabo la Maniobra de Heimlich.
v Colócate detrás de la
persona estando tú de pie.
v Pon tus brazos
alrededor de la cintura: la mano derecha en forma de puño cerrado en la parte
superior del abdomen de la persona afectada (a la altura de la boca del
estómago, donde se unen las costillas), y la mano izquierda tomando el puño,
rodeando con los brazos la base del tórax.
v Comprime el abdomen
brusca y fuertemente hacia arriba con ambas manos.
v Suspende la
compresión.
v Repite la maniobra las veces que sea necesario hasta que la
persona expulse el cuerpo
extraño de su garganta o que pierda el conocimiento.
v Si pierde el
conocimiento, pide ayuda inmediatamente al teléfono de emergencias comunicando
breve y claramente lo sucedido.
v En niños mayores de un año se utiliza el mismo procedimiento
anterior, pero el puño se coloca sobre el ombligo del niño con el lado del
pulgar hacia el abdomen.
v Si una persona está
sola y sufre de ahogamiento por objetos que obstruyen la vía respiratoria
(tráquea), se puede utilizar la Maniobra Heimlich en uno mismo, clavando o
posicionando el peso del cuerpo en el respaldo de una silla, de esta forma la
presión dentro del pecho es incrementada rápidamente, forzando al objeto a
salir fuera de la vía respiratoria.